sábado, 6 de febrero de 2010

Nube desangelada

Al fin de cuentas te besé y me fui
Como quien le dice adiós a un barco
Como quien fuma con desprecio
Como quien nada con astucia.

Con vos supe y sentí
Que el cuerpo todo puede jadear frenesí
Ser alud, pira cautiva, no me lo puedo olvidar
Memoria que no respira poco puede recordar.

Y aquí voy, Yatay abajo, cual nube desangelada
Pareciéndome a la nada del partido radical.
De alguna ventana florida
Oigo voces encendidas
Y la fatal melodía
De los que saben amar.

lunes, 1 de febrero de 2010

Breve chamuyo sobre las 11 pepas

El pueblo argentino es un pueblo cantor.
Durante los últimos 200 años (y a pesar de todo o por causa de todo) mujeres heroicas y hombres desesperados no han hecho otra cosa que componer canciones sobre la argentinidad para que luego sean cantadas al viento cotidiano de la historia.
2 argentinos del talante de Oscar Fasanelli (el fasa) y yo (ballesta) hemos unidos nuestros amores y desencantos para decirle a la patria (o mejor dicho a su barrio mas reo, a su reducto mas gris, a su desamparo mas arrabalero) estas glosas tangueras,(mientras escuchamos al tango, muerto de risa dicièndonos: “¿Otra vez se ponen a joder conmigo?”)
Oscar en una orilla y yo en la otra enviàndole al rio nuestros corazones preinfartados como botellas que se han bebido hasta la última gota y sin ninguna otra bendición que la que ustedes pondrán cuando reciban en unas semanas estas canciones que les vamos a enviar.
Son 11 piezas sencillas donde sus autores(como cuando Cadìcamo en Barcelona y Gardel en Parìs hicieron "Anclado en Parìs" salvadas las distancias) prefirieron trabajar en sus respectivas guaridas de Ciudad Celina y Parque Chàs respectivamente, sin mantener otro contacto que no sea el postal.
Es el bicentenario de nuestra Repùblica.
Ojalà sepamos festejar también el bicentenario de la argentinidad.
Gracias por la paciencia.
Hasta el pròximo encuentro.

Oscar Fasanelli/ Daniel Ballester

Nueva oscuridad

Empedrar esta vieja calle de barro
para que tambièn puedan caminar por ella mis abuelos
construir un cine en el barrio con la guita de la partuza
regar el rosal, podar el limonero
cuando llegue el carbòn distribuir el domingo entre las brasas
confiarte todo mi amor en una carta
ir a la chacarita los 16 de junio y a la cancha
siempre ineluctable
tu cuello en mis dientes
y el vino en la copa
conocen el camino.

panorama desde el puente

En la punta de mi lengua
escondo tus besos brujos
besos de tango y de embrujo
en la punta de mi lengua.

En la punta de la pera
cargo una piña en cross
no es una planta de arroz
en la punta de la pera.

Bajo el ala del sombrero
chamuya el poeta y su mente
siempre contra la corriente
bajo el ala del sombrero.

Entre la ceja y la ceja
empieza el naso a ponerse
y estàn los que dicen tenerse
entre la ceja y la ceja.

En tu esquina y en la mia
pasan autos todo el dìa
pasan trenes por las vìas
en tu esquina y en la mia.

Sobre el puente Pueyrredòn
dos tipos abrazados van
son Kostecki y Santillàn
sobre el puente Pueyrredòn.

Doblez

La piba con un barrilete, una cometa, una pandorga en la agronomìa
¿què remontaba?
¿un sueño?
¿un deseo? ¿una pena?
¿ella querìa volar y no sabìa entonces armò su barrilete y lo dotò?
¿quièn le enseñò a unir las cañas?
¿con què trapos hizo la cola, su rabo de nube?
Un barrilete otoñal y una ùnica hacedora mirando al cielo
como buscàndole un destino.
Ella
expropiadora, luciérnaga, doncella ilegal desarmadora de cùpulas y fronteras me invitò sumarme al viaje dicièndome:“Traète el tuyo!”
Y aquí estoy yo con los dedos llenos de engrudo
tratando de terminar a tiempo
este hermoso barrilete rojo y negro que pronto surcarà los cielos de mi barrio,
inventàndose a si mismo, junto a ella,
la del viento
ala viento.

Mientras escribo

Así como una Madre de Plaza de Mayo amamantando la lluvia
el siglo avanza clandestino
como los besos de tus ojos
que son la única ley que obedezco
salgo a cazar con una pequeña herramienta
que es la palabra
y recibo siempre una señal indecifrable
cual camino de dios vencido por la música del alba guerrillera.

¿Será la lealtad del alma
el amigo soñado que sonrie?
Vivir la rima consonante
la plenitud de la piedra inventada
ser filósofos del fosil.
La luz se traga la semilla y escupe los frutos invisibles
al sol.

Ilusiòn, pactè con vos

Cuando algo por la calle me distrae
Un cartel, una milonga , un cabaret
Me dejo agazapar cual golondrina
Bajo el hechizo de aquello que encontrè.
¿Serà el azar todo este prodigio?
¿Serà el saber que amasò la eternidad?
Un soplo de aire cachetea mi liturgia
Y vuelvo al yugo, que no tiene edad.
Ilusiòn pactè contigo no dejarte nunca
Y aquí me ves
Jugándome por vos,
Aferrado, obstinado, saltimbanqui
A un futuro que viene del adiós.

Soñar bajo tus ojos

Dèjame soñar bajo tus ojos
esta calle y esta ausencia despiertan verdades dormidas.
Mi paso expectante incita a los fantasmas
juzgar como un fantoche mi marcha hacia el edèn.
Huelo al ir llegando una jaurìa de perros
ladrarle a mi memoria con rantifusa altivez.
Espanto insobornable de una carcajada,
sombra del que espera enamorarte bien.
Si amarte fue tan hondo, tan profundo y lascivo
¿Por què desvanecerme hecho un paria en un andèn?
Te veo, circular, entre el humo dormida y no despertar despuès.
El tiempo, siempre el tiempo horadando la huella
el rastro y los enigmas de aquello que pasò.
Mejor seguir soñando, total no cuesta nada,
y en esta vida rara, soñar es lucidez.

Monroe y Triunvirato

Estaba bostezando en una esquina
cuando de la nada apareciste vos
-Buen dìa_ me dijiste- ¿Tenès fuego?
Y yo sin titubeos charla y fuego te ofrecì:
El capital viene arrastrando sangre y lodo
¿Còmo escribir una canciòn?
Nacì en la Siberia, crecì cerca de todo
y ahora ante tus ojos, la desolaciòn.
Conjura de los àridos andenes
amar no es privilegio del amor.

“Gracias” balbuceàs y con desgano
pitàs tu cigarrillo bajo el sol.
En la noche que avanza imperceptible
mis huesos ateos persignan tu garganta
el rocìo de tu lengua me atraganta
porque estàs tornàndote invisible.

Versos que se apagan con el viento de la historia
dedos que percuten el ardid de un bandoneòn
ella y su tormenta sellaron la memoria
de un tanguito rante, sin trama y sin patròn.

premeditaciòn y alevosìa (Alondra)

Este traje a rayas que tan bien luzco
Indica que soy el asesino del hombre cuyo asesino busco.
Pero no hablemos de muerte en esta noche sin sombras
Hablemos de la que espera, esa que llaman Alondra.

No es una mujer comùn porque hasta el diablo le teme
Y aunque su hielo te queme arderàs si te persigna
Es una fruta maligna
Y el que la prueba se muere.

Nunca conviene hechizar a quien construye ciudades
Es mejor vivir volando que arrastrando las alas
Con el pico y con la pala tambièn se tejen maldades.

Cuando hay poco que decirEs que hay mucho por hablar
Y yo les quiero contar
Que soñar no es predecir.

Ella estaba enamorada de un canalla como yo
Sin saber que los canallas no tenemos compasión.
Pensò en comprar una casa, pintar un cuarto de azul
Y cuando llegue el verano quien sabe viajar al sur.

Nada de eso sucediò
Porque al yuta me encontrè
Y como tengo memoria
De un puntazo lo matè.

Mi error fue olvidarme
El detalle de las cosas
Y perdièndome el jardìn
Puse mi ficha a a las rosas.

Una mujer como Alondra
Merecìa mejor suerte
Por eso, este que soy
Quiere volver a verte.

Poêsis (Aspacia)

Quién canta sobre una fuente de agua recién nacida?
Es el viento
la tristeza de quien contempla arder las hojas secas en el sabor de aquel nuevo
porvenir.
Veo visiones
el instinto del sol de los pintores desesperados dibujando sombras como frutos que germinan en la soledad de la luz del sur.
La ramera escribe
yo traduzco
¿No lleva acaso un nombre hermoso?
Aspacia
la encendida, la encantada, la trágica.
La que ve visiones conmigo:
Un grupo de muchachos comen strogonoff de camarones y se lamen las encías con sus pinceles de fuego
hablan sobre pictografías de la destrucción
fabrican pigmentos
embrulhan figueiras
nacen, se reproducen y mueren bailando en el lodo de las dulces vírgenes altivas que apoyan el festìn salando el plato principal.
Oh Aspacia visionaria!
Honorable asesina!
vuelve a soñar alguna vez conmigo
otra aventura fugaz
como la que soñamos ayer.

Marejada

Estoy sentado y respiro el aire de flores quemadas.
Este atardecer de palabras se mezcla con el origen de tu orfandad.
Una golondrina busca en tus ojos
¿Què busca una golondrina en tus ojos?
Tal vez esta dulce canciòn desatada
en el agua que la calle recoge de tu boca como un baldazo de fuego en mì

Barrio
olvidé el camino
siempre termino sentado en la placita cerca de una Aloe Vera
y a veces aparece Graziana con su dulzor de perlas dicièndome
¿otra vez perdido vos?

Me oriento del revés
como en una impresión litográfica
siempre bordeando las fuentes
siempre pulseando desmanes.
Luz de tus venas inyectadas en niebla
podrìamos hamacarnos juntos
aunque
prefiero hamacarte primero
para que me mires después
revolcar mis ojos en la marejada.

Mantra al sur

Casi me mato en una esquina de Pompeya pensando en vos
canto tu nombre bajo la nada
nombro la casa donde vivimos
evoco el sueño que tus làgrimas dibujaron sobre la ley del peregrino
no tiembles
el frìo y el miedo son pinzas tejedoras
anidàndose en la noche que escupe amables riñas mortales.
Bajo la piel del riachuelo nuestra pintura blanca
manchada con tiza volcànica
duerme en el fondo del plano.

El barrio es la canción que suena en tu memoria.
Somos la sombra de la nueva Buenos Aires
la que apoliya cuando madruga y te madruga cuando apoliya.